I Encuentro Educativo de la RedMemoria, Pamplona: 2, 3 y 4 de octubre de 2025

Tres alumnas, Romayssae Ahsain Aulad Hamou Mhamad, Leire Galán González y Daniela Jerez García,  y tres alumnos, Badr Addin Akkouh Ahallouch, Sergio Caballero Vázquez e Ismael Cerezo Vasallo, todos ellos de 2º de Bachillerato de Ciencias Sociales y Humanidades del IES Miguel Romero Esteo, y sus profesores de Geografía e Historia, Fuensanta Luque Ortiz y José Miguel Jiménez Triguero, han participado en el I Encuentro Educativo de la RedMemoria, en Pamplona, los días 2, 3 y 4 de octubre de 2025.

Iniciamos el viaje por la mañana desde Málaga y llegamos por la tarde directamente al Fuerte de San Cristóbal, en el monte Ezkaba, al norte de Pamplona. En 1938 allí se produjo la mayor fuga de presos del régimen franquista (más de 800) y solamente tres pudieron huir a Francia, siendo el resto capturados y fusilados, y entre ellos, el malagueño, Ricardo Fernández Cabal. Después nos desplazamos al albergue de Lekaroz, en el valle del Baztán.

Al día siguiente volvimos al Fuerte de San Cristóbal, donde por la mañana las autoridades de la Consejería de Memoria y Convivencia del Gobierno de Navarra leyeron un manifiesto sobre la importancia del Fuerte de San Cristóbal como lugar destacado de Memoria. Después disfrutamos allí de un concierto por parte de Enrique Villarreal Armendáriz, cantante y bajista mítico de la banda de rock Barricada. Las letras de sus canciones versaban sobre temas de Memoria Democrática.

Una vez terminado el concierto iniciamos una ruta de senderismo de 15 km, rememorando la fuga de los presos del Fuerte de San Cristóbal el 22 de mayo de 1938: GR225. Durante la ruta advertimos la dureza del terreno, el largo recorrido, las condiciones tan complicadas de la huida (lluvia y frío), las escaramuzas para esconderse, etc. gracias a las indicaciones e imágenes que nos iba explicando nuestro guía, el cual nos iba recordando, que si nos resultaba duro la caminata, más duro fue incluso para aquellos presos.

A mediodía finalizamos la ruta y se realizó un homenaje por parte del alumnado en el Memorial de la Fosa de Olabe, donde se hallaron los restos de 16 presos huidos que fueron fusilados en el momento de su captura. Nuestro alumnado homenajeó al preso Ricardo Fernández Cabal, de Málaga, docente de profesión, que ingresó en el Fuerte el 23 de diciembre de 1936 y fue uno de los acusados de ser organizador de la fuga, siendo fusilado el 8 de agosto de 1938. El resto de representantes de los otros centros hicieron lo mismo.

Después nos desplazamos al Campus de la Universidad Pública de Navarra, donde después de comer en los comedores universitarios, el alumnado y el profesorado participaron en talleres simultáneos: por un lado, el alumnado de nuestro centro fue agrupado con el de otros 22 centros de secundaria de toda España para intercambiar experiencias de sus respectivos proyectos. El alumnado del IES Miguel Romero Esteo explicó su trabajo de investigación sobre los Malagueños en los campos de concentración nazis de Mauthausen (Austria). Por otro lado, el profesorado participó en otro taller de intercambio de ideas y experiencias. El profesorado del IES Miguel Romero Esteo de Málaga presentó un póster sobre el proyecto a desarrollar en el curso 2025-2026: Memoria Histórica con perspectiva de género, desde principios del siglo XX hasta la Transición, el cual suscitó mucha curiosidad ante las constantes preguntas sobre nuestro proyecto.

Ya por la tarde, se tuvo tiempo libre para visitar el Centro y casco histórico de Pamplona, y finalmente volvimos al albergue de Lekaroz donde nos reunimos alumnado y profesorado y elaboramos y leímos un manifiesto por los Derechos Humanos y el Genocidio en Gaza, fruto de la reflexión y conmemoración de los lugares de Memoria visitados y de los talleres realizados.

El sábado visitamos por la mañana los búnkeres de Erratzu, en el valle del Baztán, espacios de memoria donde presos republicanos del Franquismo fueron obligados a construir este tipo de instalaciones siguiendo las indicaciones de ingenieros nazis alemanes. En los búnkeres se podían observar las duras condiciones de trabajo a las que fueron sometidos los presos y se veían las marcas de los picos en la roca de las zonas que quedaron sin terminar, además de los huecos laterales donde depositaban candiles para iluminarse durante el trabajo.

Por otra parte, el valle del Baztán es un paisaje natural espectacular y en ese momento estábamos más cerca de París que de Málaga. El alumnado y el profesorado estuvo en pleno contacto con la naturaleza.

Por la tarde estuvimos visitando el pueblo de Elizondo, capital del valle del Baztán, y situado a ambos lados del río Baztán o Bidasoa, y principal núcleo comercial, administrativo y cultural del valle. La arquitectura de este lugar destaca por casas históricas señoriales y fachadas de piedra, como el Palacio barroco de Arizkunenea, y todo ello rodeado por el entorno de los Pirineos Occidentales, todo muy verde, vegetación frondosa, senderos y miradores.

En Elizondo visitamos el Espacio de Memoria con la escultura y el mojón 117 de Berdaitz, que representaba el límite fronterizo con Francia. Este Espacio Memorial del Exilio homenajea a los Exiliados de la guerra civil en España, los cuales acabaron En campos de concentración y se refugiados de Francia, y en campos de exterminio nazis, al igual que los malagueños que acabaron en Mauthausen como investigó nuestro alumnado en su proyecto. Además, este memorial también homenajea a los represaliados del Francisco que también tuvieron que huir y a los franceses y a los españoles huidos que acogieron y fueron solidarios con otros Exiliados.

Al visitar las casas, balcones y la plaza pública de Elizondo se observamos distintos carteles reivindicativos contra el genocidio en Gaza, evidencia que muestra nuevamente el rechazo que produce la represión contra los derechos humanos, ya sea en el pasado o en el presente. No obstante, el pueblo estaba muy ambientado y pudimos disfrutar y saborear los pintxos navarros de chistorra entre otros.

El domingo por la mañana hicimos el viaje de vuelta comentando la gran experiencia vivida, la emoción de haber revivido la represión hacia personas de nuestro pasado más cercano y de nuestro presente, la alegría de haber conocido y coincidido con otro alumnado y profesorado que trabaja y lucha por defender los derechos humanos, y las anécdotas de la convivencia en el albergue entre todos.»